BIENVENIDO al RINCON de PENSAR

Recuerdo al “Círculo Infantil”, mi primer colegio/guardería, como un lugar excepcional. Debió de haberlo sido, para que todavía hoy lo recuerde. Un montón de niños uniformados a cuadros y una maestra a la que llamábamos “tía”, nos sentábamos sobre una alfombra en un aula en la que cada esquina suponía un rincón especial.

Uno de ellos, sin ningún otro ornamento más que una diminuta silla de madera y un letrerito encima conformaba nuestro: RINCÓN DE PENSAR.

Allí me sentaron más de una vez, cuando rondaba los 4 años de edad, con el único objetivo de pararme y pensar. Supongo que esos habrán sido mis primeros encuentros con los pensamientos que más tarde me empeñé en transformar en palabras.

Son esas palabras, las del día a día, y las ahorradas durante años, las que pretendo plasmar en este, mi recién adquirido RINCÓN.

¡Seas muy bienvenido!

¡ACÉRCATE, que cabemos todos!


lunes, 16 de marzo de 2009

encuentro enano

A lo mejor no era ella…y a lo peor sí, y esa mirada era lo que me debía de la primera vez que me interpuse en su camino, si es que los caminos son propiedad privada.

Solo sé que cuando apareció, con sus minúsculas e inconfundibles manos regordetas y su cara de cincuentona y sus movimientos entrecortados, quise llorar. Pero yo no hago esas cosas.

Así que, me detuve a contemplarla, dejándola –por propio indulto o cortesía- que me adelantara y cruzara hasta el otro lado del semáforo, pasara por el hotel, entrecaminara entre personas a quienes no lograba alcanzar el cinturón, y entre quienes, a más minúscula menos desapercibida se hacía pasar.

Me quedé del otro lado, cambió a rojo, pasaron carros, niños, gente que hablaba muy alto, y yo continué ahí, de pie…de piedra …como si la acechase. Acechándola.

Entonces viajé todos esos años atrás, cuando de 11 años rodaba en mi bicicleta por todas las esquinas de mi pueblo, Macorís, y en donde, frente a la zapatería que hace esquina con la tienda La Roca, choqué a una enana.

Su mirada, mi cuerpo que temblaba de susto y una culpabilidad tan intensa, como no la llegué a sentir jamás me sobrecogieron, paralizándome. Y hoy, muchos años y kilómetros después, la he vuelto a ver. 

Que si no era ella, a mi se me hizo que sí y espero, tanto como se es permitido esperar, haber logrado, al menos ésta vez, su total indulgencia.


jueves, 12 de marzo de 2009

RE-partío...corazón (segunda parte de entrada 7 febrero 2008)


Pasó el año y todavía me lo pregunto. Los actos simultáneos de emociones no termina de concebirlo mi corazón finito. Llorar....gozar... el asunto es con el "con".

"Garbancito" llegó a su tiempo, es hoy Simón, y celebramos a lo grande su recién aterrizaje al mundo, sus ojazos, y esas manos que de pequeñas y perfectas me sobrecogieron toda ésta mañana, en el hospital zamorano en donde fuí a conocerle, a tocarle.

Yessi, dejó de ser pequeña, lanzó su adolescencia en una vertiente que corrió en menos de 12 meses... y no está. O está, pero en algún espacio camino a la Patagonia, del que ya no sé si gozarla o llorarla. Y aunque no lo sospeche, persisto "con".

El corazón, está ahí, sigue partío, y ésta vez, sí vengo al caso.
Pues otra grieta que no es grieta, sino ventura, se empeña en responder a mi pregunta y me trae colores que desconocía y me provoca hacer las paces con los contrasentidos y reconciliarlos y llorarlos y gozarlos, y saber que la respuesta, a fin de cuentas, está en el con... y en la parte del escrito que le sucede.



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Romanos 12:15
Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
.....Unánimes entre vosotros

los que se arrinconan...