
De camino a casa, después de una larga mañana en el hospital, arrastré mis pies sobre la acera mientras escuchaba en silencio a una amiga, que ni tan cansada ni tan deseosa de llegar como yo,dejaba soltar con contundencia frases- nunca supe si dirigidas mi, o si solamente pensaba en voz alta- como éstas:
" Es que, definitivamente...no existe una verdad absoluta" (y yo me preguntaba....: ¿Y lo que acabas de decir, no lo considerarás ABSOLUTAMENTE verdad... ¿o si?)
"Toda la verdad es relativa" (y yo volvía a preguntarme....entonces lo que dices será RELATIVAMENTE verdad ¿no?)
"No se puede conocer la verdad" (¿Ah si? Me parece que tú sí que sabes algo acerca de la verdad....sabes con seguridad el hecho de que "no puede conocerse")
Es curioso que sean tantas las personas cuyos sistemas de pensamientos quedan anulados si seguimos la lógica de las mismas ideas que afirman. Más que curioso...es preocupante. Y aún más...me atrevería a considerarlo en suma peligroso. Sobre todo si se aplican a temas tan trascendentales como el sentido de la vida misma.
¿El sentido de qué? De eso mismo. Del bien más valioso con el que contamos. Del sentido de una existencia en la que cuando surgen interrogantes (las archi conocidas ´preguntas existenciales´) quedan tan sutil y ligeramente acalladas con éstas ideas... ideas que, si somos honestos con nosotros mismos, sabemos, en el fondo, que carecen de toda lógica.
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*¿interesad@ en la lógica de las cosas?
recomiendo:"I don't have enough faith to be an atheist" por Norman Geisler y Frank Tuler.
