BIENVENIDO al RINCON de PENSAR

Recuerdo al “Círculo Infantil”, mi primer colegio/guardería, como un lugar excepcional. Debió de haberlo sido, para que todavía hoy lo recuerde. Un montón de niños uniformados a cuadros y una maestra a la que llamábamos “tía”, nos sentábamos sobre una alfombra en un aula en la que cada esquina suponía un rincón especial.

Uno de ellos, sin ningún otro ornamento más que una diminuta silla de madera y un letrerito encima conformaba nuestro: RINCÓN DE PENSAR.

Allí me sentaron más de una vez, cuando rondaba los 4 años de edad, con el único objetivo de pararme y pensar. Supongo que esos habrán sido mis primeros encuentros con los pensamientos que más tarde me empeñé en transformar en palabras.

Son esas palabras, las del día a día, y las ahorradas durante años, las que pretendo plasmar en este, mi recién adquirido RINCÓN.

¡Seas muy bienvenido!

¡ACÉRCATE, que cabemos todos!


sábado, 8 de marzo de 2008

GBE


Sábado 8. 12 horas. Una docena de chicos de entre 14 y 18 años inundan  cada rincón de mi apartamento.  Una se da vueltas por el pasillo. Otro, se arrellana en el sofá; dos chicas entre el dintel que divide el balcón de la casa y otro más en el suelo, reclinado sobre la alacena . 
Cada quien en su zona predilecta, realizando la misma tarea: leyendo a todo pulmón 2 Timoteo, última carta dentro de la Biblioteca de las bibliotecas. 

Las voces han irrumpido, sin lugar a dudas, en casa de los vecinos. Y mientras los escucho, entre preocupación y deleite, fantaseo razonamientos para cuando procuren retomar la paz
merecida de un sábado en la mañana: “Perdóneme doña Irene. Ese chaval que ve allí, el del piercing en la lengua, y este otro de pantalones gigantes y aquél sentado de pelo engominado lo que vociferan son palabras de la Biblia." 
Tan inverosímil como real. Pues hace menos de una hora, dentro de estas mismas paredes, en donde ahora no se escucha más que el repiqueteo de mis dedos sobre el teclado, he estado con semejante clan, indagando dentro de ésta correspondencia sagrada, la respuesta a una pregunta  tan trascendental como tangible, y que ahora, mientras acondiciono la casa a su estado “pre-adolescente” acomete sobre mi pensamiento una y otra vez:
"procura presentarte ante Dios aprobado..." 

"Aprobar". Difícil tarea. Y aún así, que poco utópica se me hace cuando paso página y descubro El mismo que lo manda, provee los medios para llevarlo a cabo. Así que, manos a la obra o mejor dicho, "obra, Dios, que aquí están mis manos". 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

los que se arrinconan...