BIENVENIDO al RINCON de PENSAR

Recuerdo al “Círculo Infantil”, mi primer colegio/guardería, como un lugar excepcional. Debió de haberlo sido, para que todavía hoy lo recuerde. Un montón de niños uniformados a cuadros y una maestra a la que llamábamos “tía”, nos sentábamos sobre una alfombra en un aula en la que cada esquina suponía un rincón especial.

Uno de ellos, sin ningún otro ornamento más que una diminuta silla de madera y un letrerito encima conformaba nuestro: RINCÓN DE PENSAR.

Allí me sentaron más de una vez, cuando rondaba los 4 años de edad, con el único objetivo de pararme y pensar. Supongo que esos habrán sido mis primeros encuentros con los pensamientos que más tarde me empeñé en transformar en palabras.

Son esas palabras, las del día a día, y las ahorradas durante años, las que pretendo plasmar en este, mi recién adquirido RINCÓN.

¡Seas muy bienvenido!

¡ACÉRCATE, que cabemos todos!


miércoles, 6 de mayo de 2009

en flor

Como todas las demás  mañanas, hoy, el abrir los ojos me llevó de instinto hacia la ventana de la habitación que ahora llamo mía. Seguía ahí. Medio marchito y amarillento, mi bonsai- siguiendo la lógica de los de su especie- no se había movido un ápice...y, contrario a toda lógica y sentido de los de su especie (y de los de la mía), contaba hoy con una minúscula y morada flor.


No necesité agua helada en la cara y orejas, ni mi tazón de café,  para que todos mis sentidos estuvieran despiertos y en alerta completa. Me quedé ahí, mitad pasmada y sin poder decir palabra. 

Entonces recordé la noche anterior. Entonces recordé qué día era hoy. 

La noche anterior, con sus vaivenes de recibir bajo mi techo a esa amiga cuyos días, tal vez horas, están contados para quedar huérfana de madre. 

Y hoy, día 6, en donde y cuando cumplo dos meses de haberle dicho el "sí".

Tantas emociones me hicieron sentar y pensar y coger un lápiz y cerrar los ojos. Lo último, en una conversación que se ha extendido todo éste día con el Creador omnisciente, único capaz de hacer brotar una flor cuando el sentido común anuncia a gritos que todo está ya marchito. Y lo segundo, para dar vueltas y abrazar la evidencia de lo que en términos colectivos traducimos  como esperanza.

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los que se arrinconan...