BIENVENIDO al RINCON de PENSAR

Recuerdo al “Círculo Infantil”, mi primer colegio/guardería, como un lugar excepcional. Debió de haberlo sido, para que todavía hoy lo recuerde. Un montón de niños uniformados a cuadros y una maestra a la que llamábamos “tía”, nos sentábamos sobre una alfombra en un aula en la que cada esquina suponía un rincón especial.

Uno de ellos, sin ningún otro ornamento más que una diminuta silla de madera y un letrerito encima conformaba nuestro: RINCÓN DE PENSAR.

Allí me sentaron más de una vez, cuando rondaba los 4 años de edad, con el único objetivo de pararme y pensar. Supongo que esos habrán sido mis primeros encuentros con los pensamientos que más tarde me empeñé en transformar en palabras.

Son esas palabras, las del día a día, y las ahorradas durante años, las que pretendo plasmar en este, mi recién adquirido RINCÓN.

¡Seas muy bienvenido!

¡ACÉRCATE, que cabemos todos!


lunes, 3 de mayo de 2010

De vuelta....

Paré, no porque el pensamiento escaseara, no porque dejaran de correr mis dedos en busca de pincel , no porque las palabras dejaran, 
como si por arte de magia, de traducir quien soy. Porque en lugar de magia creo en arte... y es que de ahí vengo, de arte, de un acto creativo en la profundidad de un vientre; no de un sombrero o de un conejo, que alguno llamó mono, pero que no viene al caso. Al menos, no a mi caso. Tampoco me faltó papel.

Paré por una breve opinión (que si mia o ajena ya no recuerdo), que ha revoloteado mi cabeza durante meses y para la cual ya tengo mi propia réplica. Si, soy subjetiva. Lo soy justamente porque hasta hoy, como producto creativo fui hecha sujeto...y en tanto que sea sujeto seguiré, por necesidad y coherencia, siendo subjetiva...escribiendo en subjetivo.

Sólo si fuese objeto estaría capacitada para ser objetiva...para escribir objetivamente. Como si eso existiera.

2 comentarios:

  1. ¡Exacto, como si tal cosa existiera! Te quiero, prima, porque eres un gran sujeto y porque tus pensamientos, de una manera extrañísima, alguna vez habitaron en los rincones de mi pensamiento, allá lejos. El caso es que cuando te leo, me leo, pero joven, jovencísima...Hoy tengo como 20 años, gracias a ti. Yosiam

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  2. No, no existe la objetividad mientras no seas objeto. Y si fueras un objeto tampoco escribirías.
    Y no me refiero sólo a un objeto de un lápiz o un cucharón.
    Un abrazo, lau :)

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los que se arrinconan...