La cuestión no es entonces si hay verdad (que con mi vecina me quedó clarísimo), sino, como bien me preguntó ayer un jovencísmo escritor, amigo mío:
¿A quién le importa la verdad..?”
Claro que a ésta interrogante le siguieron una serie de cuestionamientos profundos y trascendentales por parte suya, a los que antes de zambullirme a encontrar respuestas que posiblemente no alcance, tomé tal cual y me pregunté a mi misma:
¿Que a quién le importa la verdad?
Quizá al enfermo que va al médico buscando un medicamento de VERDAD cure su mal (no que el médico se imagine que podría hacerlo).
Quizá al novio que espera que su pareja le diga la VERDAD de dónde anduvo la noche anterior.
Quizá cuando voy a un banco quiero la VERDAD acerca del cobro de comisiones a mi cuenta.
Quizá el comprador de cualquier artículo quiera saber la VERDAD de las propiedades del mismo antes de obtenerlo, y no tan sólo opiniones acerca del mismo.
Así que, parecería que la respuesta a la pregunta ¿a quién le importa la verdad ? no es tan difícil después de todo, ya que todos la demandamos constantemente en las distintas esferas de nuestra vida, ya sea en nuestras relaciones, en nuestra economía, en nuestro trabajo.
Y sin embargo (y ahora quien se pregunta soy yo) parecería que la verdad deja de importar cuando entramos en términos de vida o muerte. ¡Qué paradoja! ¿Me importa que el mecánico me ponga la verdadera pieza que necesite mi vehículo, pero en cuanto a mi vida y destino "la verdad no importa tanto" ?
Pero no soy ni por asomo la primera a quien una pregunta tan obvia le surgió. (san) Agustín, muchos años antes de mi y de mi vecina y de mi amigo el escritor, se atrevió a decir que:
Amamos la verdad cuando esta nos ilumina, pero la odiamos cuando, en cualquier manera, nos condena.
Y es que, reconocer una verdad en términos morales puede llevarnos demasiado lejos. Talvés por ello, es aquí cuando la "lógica" de que la verdad no me importe, (impensable en cualquier otro ámbito de mi vida) funcione, o parezca hacerlo, tan bien.
Sólo que el sol sigue teniendo el mismo tamaño, por más que mi dedo intente decirme algo diferente.
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Piltato preguntó: ¿Qué es la verdad? ....y salió sin escuchar respuesta.
(de: Juan 18:38-39)